El crecimiento poblacional en Querétaro, impulsado por la llegada de residentes provenientes de otras entidades, está transformando la dinámica urbana del estado. Según datos del INEGI, entre 2015 y 2020, cerca de 195,760 personas se mudaron a Querétaro, principalmente desde Ciudad de México (21%), Estado de México (20%), Guanajuato (9%), Veracruz (8%) e Hidalgo (5%).
El urbanista y sociólogo Orlando Ortiz destacó que este fenómeno ha generado un patrón en la manera en que los nuevos habitantes se distribuyen en el territorio queretano. En las periferias, los fraccionamientos de reciente creación han atraído a la clase media, como en las zonas de El Marqués, particularmente en Sakia y Zibatá, donde los residentes buscan un equilibrio entre servicios y proximidad a áreas comerciales y laborales.
Por otro lado, fraccionamientos más alejados, como Villas de Santiago y la colonia 10 de Abril, concentran principalmente a trabajadores de clase obrera, quienes llegan buscando mejores oportunidades económicas. Mientras tanto, en las zonas céntricas de la capital, la demanda de alquileres sigue siendo alta, con opciones que van desde viviendas completas hasta cuartos, gracias a su ubicación estratégica y acceso a servicios básicos.
Ortiz también señaló que este crecimiento presenta retos importantes para la planeación urbana, como garantizar el acceso a servicios básicos, mejorar la movilidad y aumentar la disponibilidad de espacios habitacionales adecuados. Además, advirtió sobre la necesidad de políticas públicas que gestionen este crecimiento de manera sostenible, asegurando una calidad de vida adecuada para todos los habitantes.
La migración, que ha sido impulsada por el dinamismo económico y la percepción de una buena calidad de vida en Querétaro, continúa marcando la transformación del estado, al tiempo que plantea desafíos significativos para las autoridades en términos de urbanización y desarrollo.