El Papa Francisco, de 88 años, ha dejado claro su compromiso con la Iglesia Católica al confirmar que, en caso de que su salud le impida continuar con su labor pastoral, su renuncia ya está firmada y lista para ser presentada.
Actualmente, el Sumo Pontífice se encuentra bajo observación médica en el Hospital Agostino Gemelli de Roma, donde es tratado por una neumonía bilateral derivada de una infección bronquial polimicrobiológica. A pesar de que su condición es estable y ha mostrado una ligera mejoría, su estado de salud ha despertado preocupación en la comunidad católica y a nivel mundial.
Esta decisión no es reciente. Desde el año 2013, poco después de asumir su pontificado, Francisco dejó escrita su renuncia en caso de que su estado físico o mental le impidiera ejercer sus funciones. Este acto sigue el precedente marcado por Benedicto XVI, quien en 2012 sorprendió al mundo al convertirse en el primer papa en renunciar en 600 años.
El estado de salud del Papa ha sido motivo de especulación en los últimos años, pero su permanencia al frente del Vaticano ha sido inquebrantable. No obstante, con esta carta firmada, el Papa Francisco garantiza la estabilidad de la Iglesia en caso de que su estado se agrave, asegurando que la sucesión se lleve a cabo sin contratiempos.
Mientras tanto, continúa bajo tratamiento médico en el hospital, con la esperanza de superar esta enfermedad y seguir liderando la Iglesia Católica.