En el municipio de Corregidora, Querétaro, un lugar lleno de historia, se encuentra un sitio que ha cautivado la atención de arqueólogos y visitantes. En 1887, en la cima de una colina, se construyó una casa conocida como “El Fortín”, destacando como un punto emblemático en la región.
Sin embargo, en 1940, se realizó un descubrimiento sorprendente: lo que parecía ser una colina natural resultó ser una antigua pirámide prehispánica. Este hallazgo transformó por completo la percepción del sitio, revelando la riqueza cultural y arqueológica que yace bajo el suelo queretano.
El Fortín, con su combinación de arquitectura moderna del siglo XIX y su base ancestral, simboliza la conexión entre el pasado prehispánico y el presente de Querétaro. Este lugar es un recordatorio vivo de la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico y de continuar explorando los secretos que aún aguardan bajo tierra.