Lo que debía ser el recuerdo más hermoso de sus vidas se convirtió en una historia desgarradora. Steven Weber, un joven estadounidense, planificó una propuesta de matrimonio original e inolvidable: bajo el agua, frente a la ventana de la suite submarina del lujoso Manta Resort, en la isla de Pemba, Tanzania. Allí, con una nota escrita a mano y protegida en una bolsa de plástico, se sumergió para mostrársela a su novia, Kenesha Antoine, desde el otro lado del cristal.
En la carta decía:
«No puedo contener la respiración lo suficiente para decirte todo lo que amo de ti… pero ¿te casarías conmigo?»
Acto seguido, sacó un anillo. Kenesha, al otro lado de la ventana, lo observaba emocionada y conmovida por el romántico gesto. Sin embargo, lo que parecía un momento perfecto tuvo un desenlace trágico: Steven no logró volver a la superficie. Horas más tarde, su cuerpo fue encontrado sin vida por las autoridades.
La suite en la que ocurrió la tragedia se encuentra a cuatro metros de profundidad, rodeada por arrecifes de coral y fauna marina, y tiene un costo de alrededor de 1,700 dólares por noche. La romántica idea, cargada de amor y valentía, acabó tiñéndose de luto.
Devastada, Kenesha compartió su dolor a través de redes sociales. En su mensaje más conmovedor, reveló lo que Steven jamás supo:
«Sí, sí, mil veces sí. Nunca tuviste la oportunidad de escuchar mi respuesta».
El caso ha dado la vuelta al mundo como un recordatorio trágico de cómo el amor puede llevarnos a extremos imprevisibles, y de que incluso los momentos más planeados y hermosos pueden tornarse en dolorosos recuerdos.