Una inusual historia de adicción y recuperación ha salido a la luz en Australia, donde una pitón fue hallada con signos de dependencia a la metanfetamina después de ser rescatada de un laboratorio clandestino de drogas. El reptil había estado expuesto por tiempo prolongado a los vapores tóxicos, que absorbió a través de su piel, desarrollando un comportamiento agresivo y errático.
La serpiente fue trasladada al Centro de Rehabilitación de Fauna dentro del Complejo Correccional John Morony, una prisión en la que los internos participan en un programa especial de reinserción mediante el cuidado de animales. Durante varios meses, los reclusos trabajaron junto a especialistas para atender al reptil, brindándole un ambiente seguro y libre de sustancias, además de monitorear su evolución física y emocional.
Este tratamiento intensivo permitió que la pitón recuperara poco a poco su comportamiento natural, abandonando la agresividad provocada por su exposición prolongada a la droga. El caso no solo pone en evidencia el impacto ambiental del narcotráfico, sino también el potencial de los programas de cuidado animal en centros penitenciarios para rehabilitar tanto a la fauna afectada como a los propios internos, promoviendo la empatía, la responsabilidad y la reintegración social.
Hoy, la pitón rehabilitada es símbolo de un proceso de sanación compartido y una historia poco común con un final esperanzador.