Un sorprendente hallazgo fue realizado recientemente en una mina abandonada situada en las inmediaciones de Saint-Sulpice, Suiza, donde el explorador urbano Bob Thissen documentó lo que podría considerarse un verdadero cementerio automotriz bajo tierra. En el interior de este espacio subterráneo, ocultos por años, se encontraron decenas de vehículos de la marca Volkswagen, muchos de ellos considerados modelos clásicos por su historia e impacto en la industria automotriz.
Entre los automóviles identificados se encuentran unidades emblemáticas como el Volkswagen Beetle, así como distintas versiones del Golf, tanto MK1 como MK2, y varios ejemplares del Passat. Algunos de estos coches todavía conservan su estructura en condiciones aceptables, mientras que otros evidencian un deterioro progresivo causado por la humedad y el paso del tiempo en un ambiente completamente cerrado.
De acuerdo con las primeras hipótesis, estos vehículos pudieron haber sido parte de una colección privada, probablemente vinculada al museo Volkswrecks, ubicado en las cercanías. No se descarta que el objetivo inicial fuera destinarlos a exhibición en un proyecto museístico que nunca se concretó por falta de espacio o recursos. Ante esa imposibilidad, la mina habría sido utilizada como un espacio de almacenamiento temporal que, con el paso de los años, fue cayendo en el olvido.
La mina en cuestión se encuentra cerrada al público y su acceso no es sencillo, por lo que se presume que muy pocas personas sabían de la existencia de este improvisado depósito automotriz. Bob Thissen, quien se dedica a explorar lugares abandonados por el mundo, compartió imágenes y videos del hallazgo en sus plataformas digitales, generando gran interés entre los aficionados a los automóviles clásicos y la historia del automovilismo europeo.
El descubrimiento no sólo ha despertado la curiosidad de la comunidad de exploradores urbanos, sino también de entusiastas del automovilismo que consideran este tipo de hallazgos como verdaderas cápsulas del tiempo. El estado en que se encuentran los vehículos varía considerablemente, desde ejemplares casi intactos hasta unidades corroídas por la humedad subterránea.
Hasta el momento, no se ha emitido un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades locales ni del museo Volkswrecks sobre el origen exacto ni el destino que tendrán estos automóviles. No obstante, este hallazgo pone de relieve la importancia de preservar el patrimonio automotriz y plantea interrogantes sobre otras posibles colecciones ocultas en sitios olvidados de Europa.