Un episodio conmovedor y preocupante tuvo lugar en el Centro de Transferencia Modal (CETRAM) Pantitlán, en la Ciudad de México, cuando elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), adscritos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), localizaron a dos menores de edad que se encontraban solos, uno de ellos empujando una carriola en los pasillos de la terminal.
Los hechos ocurrieron tras la alerta emitida por personal del Mexibús, quienes notaron la presencia de un niño de aproximadamente 12 años que, sin compañía adulta, cuidaba y transportaba a un bebé de apenas ocho meses. Al acercarse los oficiales para verificar la situación, descubrieron que el pequeño había salido de su hogar, en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, junto con su hermanito, motivado por la necesidad de conseguir alimento y reencontrarse con sus padres.
Durante la entrevista con los uniformados, el menor explicó que tomó esta decisión al ver que el bebé no dejaba de llorar por hambre y que no había nadie que pudiera ayudarlos en casa. Desesperado, tomó al pequeño y abordó por su cuenta el sistema de transporte Mexibús, con la intención de llegar a la estación del Metro Insurgentes, donde, según dijo, sus padres trabajan como obreros en una obra de construcción.
Afortunadamente, el niño llevaba consigo un papel con un número telefónico, el cual facilitó a los policías para contactar a sus padres. Poco después, arribaron al lugar un hombre de 40 años y una mujer de 38, quienes fueron identificados sin problemas por su hijo mayor. Las autoridades confirmaron su identidad y, tras cumplir con los protocolos correspondientes, los menores fueron entregados a sus tutores legales.
Sin embargo, la SSC emitió una advertencia formal: no deben volver a dejar solos a sus hijos, ya que esto los pone en situaciones de riesgo extremo. El caso fue canalizado a las instancias correspondientes para valorar la situación familiar y ofrecer el acompañamiento necesario.
Este lamentable incidente expone una cruda realidad que afecta a miles de familias en situación de vulnerabilidad: padres y madres que, obligados por sus condiciones laborales y la falta de redes de apoyo, se ven forzados a dejar a sus hijos sin supervisión. A su vez, el hecho reabre el debate sobre la urgente necesidad de reforzar las políticas públicas de protección infantil, garantizar el acceso a estancias seguras, y promover condiciones laborales más humanas para los trabajadores de bajos ingresos.