Miguel Uribe, actual senador y aspirante a la Presidencia de Colombia, fue víctima de un atentado armado mientras participaba en una actividad proselitista en la ciudad de Bogotá. El ataque, que ha causado una profunda conmoción en la escena política del país sudamericano, dejó al precandidato con heridas de gravedad, por lo que fue trasladado de inmediato a un centro hospitalario donde su estado de salud fue reportado como crítico.
De acuerdo con los primeros informes, el hecho se registró en medio de un acto público, cuando un joven de tan solo quince años habría abierto fuego contra el político. El presunto agresor fue detenido poco después por elementos de la Policía Nacional, quienes lo trasladaron a disposición de las autoridades competentes. El ataque ha generado una fuerte condena a nivel nacional e internacional.
Aunque en redes sociales algunos sectores han atribuido la autoría intelectual del atentado a grupos radicales supuestamente vinculados al actual gobierno del presidente Gustavo Petro, hasta el momento no existe confirmación oficial que respalde esta versión. Las autoridades colombianas han iniciado una investigación formal para esclarecer el móvil del ataque, así como la posible existencia de autores intelectuales detrás del hecho.
A través de un comunicado, el Gobierno de Colombia expresó su enérgico rechazo al atentado, calificándolo como un acto de violencia política que atenta contra los principios democráticos, la libertad de pensamiento y el ejercicio legítimo de los derechos ciudadanos. Asimismo, se reafirmó el compromiso institucional de garantizar condiciones de seguridad y equidad para todos los actores que participen en el proceso electoral.
Diversas figuras del ámbito político, incluyendo líderes opositores y oficialistas, han manifestado su solidaridad con Miguel Uribe y su familia, al tiempo que exigieron el pronto esclarecimiento de los hechos y el castigo para los responsables.
Este atentado ha reavivado la preocupación en torno al clima de polarización y violencia que atraviesa Colombia en el marco de la preparación para las próximas elecciones presidenciales. Organizaciones defensoras de los derechos humanos y observadores internacionales han hecho un llamado a preservar la integridad de los candidatos, y a evitar cualquier manifestación que incentive la intolerancia o el odio político.