Entre los monumentos más visitados del cementerio Père-Lachaise en París, destaca la estatua de Victor Noir, que con el paso de los años se ha convertido en un peculiar símbolo de fertilidad.
Esta escultura de bronce a tamaño natural fue realizada por el artista Jules Dalou para conmemorar al joven periodista Victor Noir, asesinado en 1870. El realismo de la obra es impresionante: Noir aparece representado como si acabara de desplomarse en la calle, con su sombrero caído a un costado y una visible protuberancia en la entrepierna.
A partir de la década de 1960, esta característica anatómica dio origen a una leyenda urbana. Según la tradición, las mujeres que colocan una flor en su sombrero, besan sus labios y acarician la prominencia, pueden mejorar su fertilidad, disfrutar de una vida sexual más plena o incluso encontrar pareja en el plazo de un año.
Aunque en 2004 las autoridades intentaron disuadir esta práctica colocando una valla alrededor de la estatua, una protesta, atribuida a la «población femenina de París», logró que fuera retirada, permitiendo que la tradición continúe viva hasta nuestros días.
El monumento de Victor Noir no solo recuerda la vida de un periodista, sino también refleja cómo la cultura popular puede transformar un espacio fúnebre en un lugar cargado de esperanza y deseos.