El proyecto del tren México–Querétaro, una de las obras ferroviarias más ambiciosas del país, continúa avanzando a paso firme. Este viernes se emitirá el resolutivo del impacto ambiental necesario para continuar con el resto del trazo, informó el general Ricardo Vallejo Suárez, comandante del agrupamiento de ingenieros militares Felipe Ángeles y responsable de la infraestructura.
Durante la conferencia matutina encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, el general Vallejo destacó que el tramo México–Querétaro, de 226 kilómetros de vía doble para trenes diésel-eléctricos capaces de superar los 200 km/h, ya cuenta con 76% de avance en términos de protección ecológica y actualmente opera con 10 frentes de construcción activos, donde más de mil 600 trabajadores se suman diariamente.
La obra representa un gran reto técnico e implica una importante infraestructura, como:
– 11 viaductos elevados de concreto con un total de 12 kilómetros,
– 6 puentes para cruce de cuerpos de agua (2 km),
– 14 kilómetros de cortes y terraplenes.
Además, ya se realizan trabajos de despalme, cortes y preparación de plataforma sobre el derecho de vía, así como el muestreo de bancos de materiales que serán utilizados en la obra, cuidando su cumplimiento con normativas técnicas y ambientales.
De acuerdo con Vallejo Suárez, el tren contará inicialmente con 6 estaciones y paradas, aunque este número podría ajustarse conforme avancen los estudios de demanda.
Tramo Querétaro–Irapuato: el siguiente desafío
Una vez concluido el tramo México–Querétaro, cuya construcción se proyecta finalizar en 2 años y 6 meses, se dará paso al tramo Querétaro–Irapuato, de 107.92 kilómetros de vía doble, que requerirá:
– 6 viaductos (15.94 km),
– Un túnel falso de 2.3 km,
– 8 puentes (5.8 km),
– 90 kilómetros de corte y terraplén.
Las estaciones consideradas en este segmento son Celaya, Salamanca e Irapuato, y contará con paraderos en Villagrán, Cortázar y Apaseo el Grande.
Se trabaja en estrecha coordinación con Pemex, CFE, Cenegas y Conagua para identificar y proteger la infraestructura subterránea en la zona.
El próximo resolutivo ambiental será clave para seguir avanzando en esta obra que promete transformar la conectividad y el desarrollo regional.